Bajando lenta la marea quedan desnudos los arenales entre idas y venidas de sus plateadas aguas. Alli donde el mar lame la orilla se va poblando de desvaídas figuras, pequeñas siluetas a lo lejos y encorvadas figuras. Mundo fascinante y motivo de mi inspiración que una y otra vez  me ha atrapado quedando conmigo para siempre.
Mundo en el que la mariscadora -que aquí homenajeo- va a buscar su sustento diario recogiendo berberechos, almejas o verigüetos.
Escenario perfecto para representar mi propia obra. Allí donde una mujer se esfuerza encorvada, o carga sobre su cabeza el fruto recogido, o donde aquella otra que  se va acercando de lejos, o aquella posando brazo en bruces con el agua hasta la cadera, yo veo una insinuada figura, un color, una luz, una mancha, una linea, un toque de azul mas o menos celeste, un ocre o un amarillo, que llevado  al lienzo va cubriendo el mismo como si de subir la marea se tratara.

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